La tersa textura de la piel se arruga o debilita pasado un gran tiempo, ¿será por la carga pesada de la experiencia? O es que el límite de nuestra vida se manifiesta bajo síntomas que nos devuelven a etapas indefensas como en la infancia, pero después de ya haber visto “todo”. Se le suele llamar la tercera y hasta cuarta edad, pero en verdad es la fase en que muchos la odian, temen y otros la aprovechan para descansar y esperar los designios del destino. El aire que respiramos nos añeja y a la vez las energías de nuestros sentimientos se vuelven más pausadas y pacientes tanto en alegrías y tristezas como en el amor y el odio; todo mientras lo que nos rodea también muta en nuevas formas, diseños naturales y artificiales, dejando para otras generaciones lo que hemos recibido de las anteriores y que fuimos parte funcional de ese tránsito.La vejez nos hace ganadores de una sabiduría que se vuelve un tesoro para los jóvenes, nos volvemos valiosos libros vivientes de etapas difíciles de revivir perfectamente, pero que ningún documento, video, audio ni nuevo aparato virtual y electrónico puede traspasar en los años las descripciones fusionadas con esas emociones humanas, evidencias vitales para cualquier búsqueda de los movimientos del hombre y la mujer causantes de nuestra historia.
Vejez – Arte.Esta es la oportunidad de reivindicar la mayoría de actitudes ajenas de la gente hacia un abuelo o abuela y que no pasa desapercibidamente entre nosotros. A veces somos dueños de la indiferencia y el cansancio ante un pedido por ellos y a veces terminamos siendo protagonistas de ese momento que alguna vez imaginamos que nos pasaría. Son siete jóvenes artistas que dialogan mediante la imagen que en tiempos cada vez más futuristas, donde la humanidad es desdoblada desde su propio sitio a imágenes reproducidas en aparatos tecnológicos, nos remontan a recrear momentos protagónicos por estos valiosos seres de avanzada edad. Desde visiones nostálgicas, paisajes metafóricos, escenas y situaciones perennizadas como si fueran fotografías para el tiempo hasta mundos particulares en donde el mensaje es claro e inquietante en instantes. Desde aquí surgen preguntas desde sociales como ¿qué queremos comunicar retratando la ancianidad? O artísticas siendo ¿la máxima expresión pura del hombre y la mujer en experiencia y sabiduría es la ancianidad? ¿Tope de nuestros límites? Quizás también sientan lo mismo que sintieron los grandes maestros como Manet (1832-1883) al pintar al The Ragpicker (El trapero) o al ahora anciano Lucian Freud con su Autorretrato Desnudo, cuadro tierno y devastador a la vez siendo un gesto hacia la soledad del ser longevo en su máxima intimidad.
Solamente diremos con nuestras miradas para los cuadros de esta muestra, que los ciclos de la vida, desde el hecho de ser concebidos tienen esa importancia del sobrevivir tengamos la edad que sea, y que cada etapa es creadora de recuerdos, hechos y sentimientos que nos harán personas llenas de vida hasta cuando el cuerpo aguante.
Curaduría
Vejez – Arte.Esta es la oportunidad de reivindicar la mayoría de actitudes ajenas de la gente hacia un abuelo o abuela y que no pasa desapercibidamente entre nosotros. A veces somos dueños de la indiferencia y el cansancio ante un pedido por ellos y a veces terminamos siendo protagonistas de ese momento que alguna vez imaginamos que nos pasaría. Son siete jóvenes artistas que dialogan mediante la imagen que en tiempos cada vez más futuristas, donde la humanidad es desdoblada desde su propio sitio a imágenes reproducidas en aparatos tecnológicos, nos remontan a recrear momentos protagónicos por estos valiosos seres de avanzada edad. Desde visiones nostálgicas, paisajes metafóricos, escenas y situaciones perennizadas como si fueran fotografías para el tiempo hasta mundos particulares en donde el mensaje es claro e inquietante en instantes. Desde aquí surgen preguntas desde sociales como ¿qué queremos comunicar retratando la ancianidad? O artísticas siendo ¿la máxima expresión pura del hombre y la mujer en experiencia y sabiduría es la ancianidad? ¿Tope de nuestros límites? Quizás también sientan lo mismo que sintieron los grandes maestros como Manet (1832-1883) al pintar al The Ragpicker (El trapero) o al ahora anciano Lucian Freud con su Autorretrato Desnudo, cuadro tierno y devastador a la vez siendo un gesto hacia la soledad del ser longevo en su máxima intimidad.
Solamente diremos con nuestras miradas para los cuadros de esta muestra, que los ciclos de la vida, desde el hecho de ser concebidos tienen esa importancia del sobrevivir tengamos la edad que sea, y que cada etapa es creadora de recuerdos, hechos y sentimientos que nos harán personas llenas de vida hasta cuando el cuerpo aguante.
Curaduría
Felipe Mayuri Poma
No hay comentarios:
Publicar un comentario